Día Internacional del Deporte para el Desarrollo y la Paz
Por: Jimena Saldaña
El deporte involucra todas las áreas de la actividad gubernamental, desde las políticas de salud y educación, hasta la prevención de conflictos y pobreza. De ahí la importancia de que el Movimiento Olímpico implemente programas y políticas que aseguren e impulsen la educación de calidad a través del deporte. En la actualidad vivimos una era de interconexión, las fronteras entre deporte, política, educación y comercio se han sobrepuesto.
Una actividad física estructurada, empodera a los estudiantes para que desarrollen sus aptitudes físicas, sociales y emocionales; estas aptitudes definen a ciudadanos socialmente responsables con confianza en sí mismos, promoviendo estilos de vida saludables y ayudándoles en su transición hacia la independencia de la edad adulta.
Los valores y principios del olimpismo son la base de la unión del deporte, cultura y educación en beneficio de las sociedades, también son esenciales en el marco de aprendizaje, convirtiéndose en herramientas que deben utilizarse en la solución de problemas de la vida real, desde la consolidación de la paz hasta la prevención de la violencia juvenil. El deporte ayuda a adquirir habilidades para la vida.
La inclusión del deporte en el curriculo educativo es la manera más directa de transmitir a nuestras niñas, niños, adolescentes y jóvenes, la filosofía, principios y valores del Movimiento Olimpico, conectándolos con modelos a seguir y contribuyendo a la formación de ciudadanos completos y capacitados.
Existen actividades de divulgación olímpica, cuyo objetivo es promover los valores olímpicos y deportivos, actividades que han servido para promover e impulsar una dimensión educativa en los procesos de enseñanza y aprendizaje deportivo.
En cuanto a los docentes, el olimpismo mejora la formación pedagógica de técnicos deportivos y del profesorado de educación física, quienes adquieren mayor compromiso y difunden la importancia social de la práctica del deporte para la formación de nuevas generaciones. El deporte tiene una gran importancia social porque es el pegamento que une a las comunidades.
La falta de diversidad e inclusión radica en la educación, existe un trasfondo cultural, costumbres, tradiciones, incluso creencias religiosas, es un tema complejo, en el que se ha avanzado mucho. El Comité Olímpico Internacional ha realizado un gran trabajo, el cual debería replicarse a todos los niveles y en diversas entidades.
El deporte definitivamente promueve la igualdad social, el ejemplo más claro son los Juegos Paralímpicos, en las que un grupo de personas con capacidades diferentes realizan cosas muy destacables, concientizando a gobiernos, organismos deportivos, patrocinadores e instituciones financieras de su esfuerzo por lograr una igualdad social y de género.
Todos desde nuestra trinchera podemos hacer algo positivo. La población en general con ser consciente. Las instituciones educativas, principalmente las de educación superior, pueden generar un cambio en sus consejos directivos y en el campo de juego; en los consejos directivos educando a la siguiente generación de funcionarios públicos, directores generales, líderes de ONGs, etc., y en el campo de juego, educando y entrenando atletas de alto rendimiento en todo el mundo.
Entre más se hable y se resalte la importancia de la equidad y la igualdad entre atletas, funcionarios y toda la gente involucrada en el área deportiva, más espacios podrán abrirse y ser accesibles a todos los interesados.
El deporte es una plataforma poderosa y una herramienta para promover la igualdad de género. La igualdad de género es un principio fundamental en la Carta Olímpica.
El COI ha realizado grandes avances en la promoción de la igualdad de género en términos de equilibrar el número total de atletas participantes en los Juegos. Desde el 2018 existe el Proyecto de Análisis sobre la Igualdad de Género, el cual evalúa 25 recomendaciones.
Tales recomendaciones se relacionan al deporte, representación, financiamiento, gobernanza y derechos humanos, los cuales tienen el apoyo total del Consejo Ejecutivo del COI. Se ha hecho un gran esfuerzo para llevar a cabo un análisis profundo de la igualdad de género en todo el Movimiento Olímpico.
En marzo de 2020, el Consejo Ejecutivo del COI tomó dos decisiones clave relacionadas con la igualdad de género en los Juegos Olímpicos:
Todos los Comités Olímpicos Nacionales deberán contar con, al menos, un atleta masculino y una atleta femenina en todas las ediciones de los Juegos Olímpicos a partir de Tokio 2020.
Los lineamientos del protocolo del COI cambiaron para permitir a los CON nominar a una atleta femenina y un atleta masculino para portar sus banderas en la Ceremonia de Apertura.
El deporte promueve las sociedades inclusivas, frecuentemente el deporte es la única actividad que une a la gente sin importar sus trasfondos sociales, políticos, físicos, religiosos o culturales.
Un individuo socialmente responsable, será una influencia positiva en la sociedad en la que se desenvuelva, potenciará el diálogo como la mejor herramienta para la solución de conflictos, aceptará la participación de todos y todas en el análisis, toma de decisiones y funcionamiento del grupo del que forma parte.
Una educación de calidad, utiliza el deporte como elemento motivador potenciando actitudes y valores positivos, aprovechando situaciones de juego para trabajar las habilidades sociales con el objetivo de favorecer la convivencis no sólo hacia adentro del grupo, sino entre ellos y otras personas o colectivos con los que puedan relacionarse.
Los valores del olimpismo, excelencia, amistad y respeto, contribuyen a una educación de calidad al mantener una visión humanista, dando su justo valor a cada persona, entendiendo sus intereses y sus necesidades.
Los principios del olimpismo (no discriminación, sustentabilidad, humanismo, universalidad, solidaridad, alianza entre el deporte, la educación y la cultura), crean un cambio social positivo.