Formación dual como sinónimo de innovación para la empleabilidad

Axel Eliezer Ruíz González
Estudiante de la licenciatura en Desarrollo Educativo UDG

Introducción: rumbo a la contextualización de la formación.

Hablar de formación dual implica un gran reto y una gran oportunidad de demostrar la importancia de la vinculación entre empresa y universidad. Previo a ello, es necesario entender lo que significa la formación educativa, y a partir de dicha definición, indagar sobre lo que es la formación dual.

Educación Híbrida

Por tanto, la formación educativa, o bien, el proceso de enseñanza aprendizaje, se concibe como el proceso en el cual un alumno o alumna, con la ayuda de un profesor o profesora que facilita dicho proceso de aprendizaje, adquiere y construye determinados conocimientos, habilidades y competencias.

Dicha formación educativa es permanente en nuestra vida, pues tanto dentro como fuera del aula de clase, los individuos están aprendiendo y construyendo nuevas competencias para su desarrollo personal y profesional.

Sin embargo, la formación educativa no es estática, está sujeta a una constante transformación acorde a las necesidades de la sociedad. Ante los contextos más adversos, la formación educativa debe dotar de las habilidades y competencias requeridas para sobrellevar dichos contextos.

Formación dual: definición y alcances

De forma muy particular, y ante la inequidad en el acceso al campo laboral en México, la formación educativa debe transformarse, y garantizar, no solamente los conocimientos o competencias para la inserción en el campo laboral, sino generar las alianzas estratégicas que permitan la vinculación efectiva entre universidad y empresa, para que las y los estudiantes puedan desarrollar y vincular su talento y formación con el campo laboral.

En ese sentido, es que debemos resaltar la importancia de la formación dual, la cual es definida por la (Universidad Veracruzana, 2022), como “una modalidad de oferta académica y formativa caracterizada por la alternancia combinada de los procesos de aprendizaje y enseñanza en la empresa y en la institución educativa1.”

Es decir, la formación dual es la opción formativa que se caracteriza por que las actividades de aprendizaje establecidas en los planes y programas de estudio se desarrollen tanto en las instituciones educativas, como en contextos reales de aprendizaje a través de trayectorias curriculares flexibles.

Por tanto, la formación dual se posiciona como la opción que permite a las y los estudiantes desarrollar sus conocimientos y competencias en el sector laboral, así como vincular de manera simultánea la teoría y la practica educativa en favor de desarrollar sus habilidades y mejorar su empleabilidad.

Los aportes de la formación dual son claros. Como señala (Araya Muñoz, 2008|) “el propósito principal de la formación dual está orientado a un proceso educativo integral, a través de una alianza estratégica entre la empresa y la academia2” y es a través de esa alianza estratégica que garantizamos la vinculación del estudiante con el campo laboral, y, además, la aplicación de los conocimientos y principios adquiridos, en el proceso de aprendizaje, para la transformación de la realidad.

Los alcances de la formación dual son visibles en distintos escenarios. Sus orígenes se remontan en Alemania en el año de 1969 con la aprobación de la Ley de Formación Profesional. Su impacto es notorio, pues la formación dual se constituye como uno de los pilares de la robusta economía alemana. Gracias a la combinación entre enseñanza teórica y práctica, la formación dual ha permitido potenciar y garantizar el ingreso de los jóvenes en el campo laboral.

Estos resultados obtenidos en Alemania han generado grandes intereses en los demás países europeos y de América Latina, en adoptar el modelo de formación dual y potenciar el crecimiento económico y la tasa de empleo.

Desde el año 2013, la Secretaría de Educación Pública del Gobierno de México, en conjunto con el CONALEP y la COPARMEX, desarrollaron el Modelo Mexicano de Formación Dual (MMFD), modelo orientado en retomar los componentes clave del modelo dual alemán y adaptarlos al escenario nacional.

Este modelo tiene su vigencia en el nivel media superior, y si bien, ha aportado grandes beneficios a las comunidades estudiantiles, deben redoblarse los esfuerzos para consolidar dicho modelo en el nivel superior. Aunque exista un sistema de prácticas profesionales en el nivel superior, este no es suficiente.

Conclusiones: formación dual y futuro

Como señala (Morales Ramírez, 2014) “revertir la tendencia actual implica adoptar un enfoque multidimensional que permita afrontar las consecuencias sociales de la crisis económica y del empleo juvenil3” y si bien, la formación dual no es la única respuesta, si es una de las respuestas más trascendentales para hacer frente a la crisis económica y al desempleo.

La formación dual permite el acercamiento y vinculación entre la academia y la empresa. Sin embargo, aún queda mucho por hacer. Deberán fortalecerse las alianzas interinstitucionales y apostar por el rediseño de los planes y programas educativos para satisfacer las demandas del modelo dual.

De cara a los retos del futuro, y ante la aguda crisis laboral de las y los jóvenes producto de la pandemia de la Covid-19, las IES y el sector empresarial y comercial, deberán sumar esfuerzos para garantizar el desarrollo de los procesos enseñanza aprendizaje abiertos hacia la realidad, reforzando su compromiso social y tranzado la línea del futuro.

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Referencias

2Araya Muñoz, I. (2008). La formación dual y su fundamentación curricular. Revista Educación, 32 (1). Pp. 45-61.
Morales Ramírez, M. A. (2014). Sistema de aprendizaje dual: ¿una respuesta a la empleabilidad de los jóvenes? Revista latinoamericana de derecho social (19).
1Universidad Veracruzana (2022). Educación Dual. Disponible en: https://www.uv.mx/tecnica/investigacion-y-docencia/formacion-dual/